En general, no tengo sentimientos particulares acerca de los padres que tienen a sus hijos “se dedican a Dios desde una edad temprana”. Ni siquiera estoy seguro de lo que eso significa.
Sin embargo, no pensaría mucho en los padres que ponen a la religión tan por delante de permitir que sus hijos sean hijos “normales” que a los niños no se les permite participar en eventos con sus compañeros.