La sorpresa suele ser el resultado de algo inesperado, por lo que es lógico que los padres que están sorprendidos por la fuga de sus hijos no lo esperaban.
Entonces, ¿por qué no lo esperaban? Probablemente porque la mayoría de los padres perciben que la huida es una forma de abandono, y porque aman a sus hijos incondicionalmente y nunca los abandonarán, esperarían la reciprocidad de sus hijos sin importar qué suceda; desafortunadamente ese no es siempre el caso.