Me sentí horrible de tener que luchar tanto para hacer mi punto de vista. Hice lo mejor que pude para explicar a una buena amiga que el chico que ama es manipulador compulsivo y coqueto. Antes de ella, él había coqueteado con muchos otros y muchos otros amigos también habían encontrado que este tipo era un desgraciado.
Ella me culpó por no entender su amor. Ella me culpó por no tener una mentalidad amplia (la chica y el chico pertenecían a diferentes religiones y regiones). Más tarde, yo mismo pedí perdón por no haber entendido y sobre algunas cosas dije en medio de la discusión. Más tarde, cuando descubrió la verdad y se dio cuenta, hemos sido amigos increíbles. Los verdaderos amigos no desertan. Ella sigue siendo una de mis mejores amigas y esta experiencia particular fortaleció nuestro vínculo. Confiamos el uno en el otro más que nunca. Estas son solo pruebas por tiempo para la amistad. 🙂