Se dice que los esposos y las esposas, permaneciendo juntos, por un buen rato, se parecen a un hermano y una hermana.
La razón detrás es el intercambio abundante de pensamientos, charlas, gustos, gustos, aversiones, etc. Esto hace que su química se asiente a un terreno común.
Imagina un vaso de agua fangosa, que contiene diferentes componentes y colores. Una vez que esas partículas se asientan, sucumben a una identidad común.
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