¿Tener hijos (o incluso un cónyuge) vale la pena el tiempo y la pérdida de libertad invertidos?

Para la mayoría de la gente, sí; vale la pena. La familia es la mejor escuela; ayuda a expandir nuestra conciencia desde el pequeño ‘yo’ del ego hasta el verdadero Yo del Alma.

Para algunos que ya han crecido en desapego y discriminación en vidas anteriores, no es necesario. Optan por Sanyas (renunciación); pero incluso para ellos, la renuncia está dentro, no solo por el color ocre de la ropa.

En cuanto a la libertad, la mayoría de la gente piensa que significa hacer lo que dictan los caprichos, hábitos y estados de ánimo. ¿Es esa verdadera libertad? Hasta que nos desarrollemos en la sabiduría interna, hasta que seamos capaces de hacer lo correcto por la razón correcta, incluso cuando el ego esclavizado por el hábito no quiera hacerlo, no somos libres. Servir y ayudar a los miembros de la familia purifica desinteresadamente el pequeño ego.