Todo lo que me excita ahora es pensar en mi esposa con otro hombre. Sé que no debo actuar pero ¿qué puedo hacer? Simplemente sigue haciéndose más fuerte.

No puedes actuar sobre esto porque no está bajo tu control. El control está en manos de tu esposa, no en las tuyas. Soñe, despierte y vaya a casa y tenga relaciones sexuales con su esposa. El sueño está en tu cerebro, no en el de ella. Pero el acto real realmente está en su control no tuyo.

Este tipo de fantasías son casi invariablemente mejores que las realidades que surgen de ponerlas en práctica.