Mi única preocupación es que el acto de hacer el amor como se describe con frecuencia implica una deliberación que invierte la experiencia en el desempeño, las expectativas y los comportamientos deliberados para obtener una respuesta planificada.
Hacer el amor debe ser como dos personas bailando donde cada movimiento está coreografiado por poderes desconocidos. Fluir libremente y sin intención, la dicha se desarrolla bajo su propio impulso.