Un amigo mío, militar, tenía a unas pocas mujeres que lo recibían casi sin ropa y que esperaba que siguiera jugando.
Siempre fue raro y lo puso nervioso por trabajar en sus hogares, no quería ni necesitaba ese tipo de atención.
Jugar fantasías sexuales con amigos y compañeros es una cosa. Forzarlos a extraños durante su deber de trabajo es otra. Usted está en el poder como cliente y pueden estar preocupados por perder la paga por este servicio o sus trabajos, o incluso ser acusados de violación por remordimiento si deciden seguir adelante o no, a pesar de que se nieguen.
En realidad es acoso, no coqueteo.