¿Dónde nos enseñan que no podemos sentirnos atraídos por nuestra familia? No es una de las cosas que un padre o alguien enseñaría.

Es un tabú. Los tabúes generalmente no se enseñan explícitamente, sino que están entretejidos en nuestras reacciones e interacciones. Esta forma implícita de enseñar continúa reforzándose con mayor fuerza a medida que envejecemos. Es una de las cosas que hace que los tabúes sean tan difíciles de romper dentro de una cultura y difíciles de desafiar con éxito.

Y la mayoría de los tabúes comienzan por una razón, incluso si a veces esas razones ya no son aplicables en un contexto diferente. Sin embargo, este tabú en particular sigue siendo importante dentro de la sociedad moderna, ya que el incesto es un caldo de cultivo para el abuso y la endogamia causa deformidades genéticas.

Biológicamente hablando, nos atrae alguien con quien podemos hacer bebés saludables. La crianza no hace eso para que nuestros cuerpos sepan que busquen compañeros en otra parte para que nuestros descendientes estén protegidos por dos clanes y tengan más posibilidades de nacer sanos.

Porque, sin el conocimiento de todos nosotros, dependemos del Efecto Westermarck, un efecto psicológico hipotético a través del cual las personas que viven en la proximidad doméstica durante los primeros años de su vida se desensibilizan a la atracción sexual.