El que ríe contigo, hasta que te duele el estómago.
El que te sostiene, cuando crees que podrías caer.
El que hace que todo tu enojo desaparezca con solo una sonrisa.
El que, a pesar de ser autosuficiente, te valora y busca tu opinión.
El que permanece a tu lado, cuando te esfuerzas más allá de tus límites.
¡El que acepta toda tu imperfección y continúa amándote como un loco!
🙂