Nunca pierdas la esperanza
Sí. Mis padres me enseñaron eso. Hemos pasado por muchas horas más oscuras de la vida. Hubo un punto en el que mis padres pensaban en el suicidio. Pero no lo hicieron porque tenían esperanza para sus hijos, para nosotros (mi hermana y para mí).
La esperanza es lo único que sigue encendiendo el fuego de la vida.
Ayuda a los demás sin ninguna expectativa.
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A pesar de nuestro tiempo difícil, mis padres nunca dudaron en ayudar a los demás. [La mayoría del tiempo solo hubo unos pocos que realmente nos ayudaron en esas situaciones]
La alta expectativa es una espada de doble filo. Si no obtienes lo que esperabas, serás apuñalado.
Ser una persona de valor, no de dinero.
Es irónico que no tuviéramos suficiente dinero para vivir nuestra vida cotidiana en el pasado. Sin embargo, rara vez apuntamos al dinero. Mis padres no tienen codicia y lujuria por tal. Y esta podría ser la lección más importante que he aprendido de ellos.
En este mundo moderno, donde todos buscan la grandeza en términos de riqueza y posesiones materialistas, he aprendido a valorarme a mí mismo y a valorar a otra persona. Ocasionalmente, de hecho, atravieso una fase de baja autoestima, pero eso es todo. Siempre busco convertirme en alguien útil para mi familia, mis amigos y para el mundo.
Tal vez eso es lo que busco: ser una persona de valor.