¿A quién aman más los hombres, sus madres o sus esposas?

(Esta respuesta es tan aplicable a las mujeres como a los hombres)

Se trata de la confianza.

Vi a Tarzán el mes pasado. La película de Disney de 1999, no la versión de acción en vivo de 2016.

Mi escena favorita fue cuando Kala, después de haber perdido a su propio hijo biológico, encuentra al bebé Tarzán en su cuna. Y ahí viene la escena desgarradora.

Extendió los brazos, gorgoteando y arrullando.

Con un poco de vacilación, la gorila recoge al bebé, le huele el pañal sucio y decide que ha sido bendecida con otra oportunidad de ser madre mientras acurruca el pequeño bulto de inocencia indefensa en sus brazos.

¿Ves lo que pasó? Un hombre (o una mujer, para el caso) nunca es más débil y más indefenso que cuando es un bebé.

Ni siquiera puede comer alimentos sólidos durante los primeros meses, y mucho menos defenderse de la dura realidad que es el mundo. Y no se equivoquen, incluso el mundo civilizado en el que vivimos y nos sentamos mientras escribimos las respuestas en Quora, es una entidad implacable. En este mundo, una madre es la que te acepta, te protege, te alimenta y no importa lo que hagas, a pesar de lo enojada que pueda estar contigo, de la decepción que pueda expresar, nunca te abandona. Usted no ha tenido nada que ofrecerle aparte del conocimiento de su existencia, aunque sea defectuoso. Y eso es todo lo que ella necesitaba.

Por el contrario, una pareja romántica. Para los hombres, esa sería una pareja romántica.

Ella no te ama sin condición.

Ella revisa tu cuerpo, tu personalidad.

Ella te examina en secreto, te mantiene bajo observación, un período no oficial y silencioso de prueba encubierta que avergonzaría a la CIA.

Consulta a sus amigos, comprueba si eres compatible con sus hábitos, sus círculos de amigos.

Las pelotas materialistas de su clase intentarán adivinar su estado financiero.

Lo más comprensivo solo te aceptará si tus defectos coinciden con ella (como Wade y Vanessa; su defecto fue la locura).

Debe haber una operación de emparejamiento de algún tipo. Un clic. Aferrarse. Un zingin ‘en el aire. Llámalo como quieras. Al final del día, este amor es condicional.

El amor de una madre no lo es.

Por lo tanto, un hijo (o hija) con incluso una micra de cerebro, siempre amará a su madre.

PD: Como mencioné, las partes donde mencioné “hombres” se pueden intercambiar con “Mujeres”, y viceversa. Al final, el mensaje sigue siendo el mismo.