Leer leer leer. Converse con su hijo constantemente, utilizando un lenguaje que no sea para bebés. Lleve a su hijo a lugares que puedan despertar su curiosidad y estimular su mente, aunque esté dirigido a niños más pequeños: zoológicos, museos para niños, etc. Limite enormemente la televisión y las películas como consumidores de tiempo.
Al mismo tiempo, hazlo tan divertido y orientado al juego como sea posible. Los niños de esa edad aprenden a través del juego tanto como a través del rigor académico.