Estoy prohibido por mi esposa. Tengo prohibido estar a cargo de lavar otra cosa que no sea mi propia ropa (e incluso eso solo bajo la supervisión de un adulto). Porque cometí un crimen.
La iniciativa es punible
Me gusta cocinar, y mi encantadora esposa es TOC sobre la limpieza. Las dos hacemos compras, jugamos con niños, ella enseña matemáticas, música y lectura, yo estoy a cargo de los deportes, la geografía y no estoy rompiendo demasiadas cosas en la casa, mientras fingimos que lo estamos arreglando. Así que dividimos las responsabilidades y las tareas bastante uniformemente.
Así que el año pasado, mientras mi esposa estaba en la universidad (obteniendo su maestría), sintiéndome muy altruista, decidí hacer un poco de limpieza para poder tener más tiempo libre en familia el fin de semana. Golpeado por la repentina locura, no solo quería simplemente aspirar y limpiar en la cocina, sino que también decidí lavar la ropa. Error fatal.
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Fui a la lavadora, separé mis colores, la cargué, encendí “lavado en frío” y “delicado”, y fui a la cocina a lavar los platos. De repente (30 minutos más tarde) escucho el zumbido de la lavadora. Dirigido por los espíritus malignos, fui a cambiar la siguiente carga y, sin darme cuenta de lo que estaba haciendo, moví los “rojos” recién lavados a la secadora. No sentí las nubes de la fatalidad acercándose.
Continué limpiando e intercambiando ropa durante las siguientes dos horas, hasta que mi esposa regresó de su clase vespertina. Ella vio lo que estaba haciendo, me besó, me dio las gracias y fue a la lavandería para comprobar el estado. No pensé nada de eso. Eso fue hasta que un minuto después escuché un escalofriante grito de un animal herido. Me apresuré allí, ¿y qué veo? Mi esposa envuelta en algo del color de la sangre y con una expresión de horror en su rostro.
“¡Asesino! ¡Lo mataste, cariño!”
“¿Quién?”
“Eso”
Esta “camiseta sin mangas” solía ser un hermoso vestido rojo, aproximadamente el doble de largo.
Hasta el día de hoy, la víctima de mi iniciativa está colgada en nuestra lavandería (donde mi esposa la clavó a la pared), como un recordatorio del crimen que cometí contra la moda y el sentido común. Te lo suplico, no repitas mi error, usa la secadora con cuidado
PD:
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