¡Pienso en mantener a mi esposo feliz todos los días! Él lo hace por mí también. Es un respeto mutuo. Finalmente nos dimos cuenta de que mi trabajo desde casa nos hacía a los dos felices. Puedo pasar todo el día con mi corgi y mis dos gatos en compañía mientras trabajo, cocino y limpio. De esta manera puedo mantenerlo feliz, porque estoy más feliz de lo que jamás hubiera soñado estar casado y quedarme en casa (o hacer recados, no es como si estuviera encerrado, ¡jeje!) Amar a mis criaturas y pensando en el momento en que mi esposo volverá a casa para pasar la noche, mientras amasaré el pan o lavaré los platos, o cuando encuentre un interesante artículo de investigación académica que quiero compartir con él. Al quedarme en casa y trabajar, puedo ser más un consejero emocional o consejero para él, porque no tengo mis propios problemas interpersonales estresantes, porque no tengo empleo fuera del hogar.
Solía ponerme tan triste cuando él volvía a casa estresado del trabajo y no podía ayudarlo a sentirse mejor ni a tener una perspectiva, porque yo también estaba emocionalmente agotado de trabajar con otras personas todo el día. Él me mantiene feliz al estar totalmente de acuerdo conmigo al comenzar un negocio. No le importa que no esté trayendo un montón de dinero en este momento, porque cuando estaba ganando dinero, siempre estaba en este estado emocional terrible. Los empleadores tienen el hábito de ponerme en una posición de responsabilidad sin autoridad: ¡ser el único propietario es la mejor idea! Le doy mi felicidad a mi esposo, porque sin su apoyo, nunca hubiera dado ese salto. Él quiere hacerme feliz, por lo tanto quiero hacerlo feliz.