No creo que la ciencia apoye la interpretación de energía negativa de esto.
Los bebés son muy sensibles a las emociones de las personas más grandes que los rodean. Disfrutan estar cerca de personas felices y tienen miedo de las personas enojadas. Se trata de una simple supervivencia: han evolucionado para expresar angustia cuando están cerca de alguien que probablemente los dañará, de modo que los adultos que los rodean se sientan seguros. ¡Los bebés tienen muchas neuronas espejo!
Las madres de bebés pequeños tienden a ser hipersensibles a las personas que también pueden ser una amenaza para nuestros hijos. Ponemos mucho de nosotros mismos en producir a estas pequeñas personas, arriesgamos seriamente nuestras vidas gestándolas y pariéndolas, nuestra inversión emocional es tal que arriesgamos nuestras vidas nuevamente para protegerlos. Mantener a nuestros hijos alejados de personas impredecibles o enojadas está absolutamente integrado, sin importar las palabras utilizadas para racionalizarlo.
Y luego, los profesores nos dicen que somos malas madres por no querer que un hombre hostil y peligroso tenga visitas sin supervisión con nuestros hijos. Imagínate.
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