Pregunte a unos cuantos quorans punjabíes aquí que nacieron en los 80 y tendrán un “SÍ” como respuesta. La tendencia está cambiando ahora y los padres en estos días se están volviendo más sensibles. Sin lugar a dudas, es un buen cambio.
Ser abofeteado por los padres en público no solo es vergonzoso sino que también lastima la autoestima del niño. ¡No debería pasar con nadie!