¿Debería un marido poder donar su esperma sin el conocimiento y / o consentimiento de su esposa?

Su cuerpo su elección, ¿verdad? Incluso en la remota posibilidad de que las cosas salgan mal (p. Ej., La manutención de los hijos exige que se obligue a este donante de esperma a pagar la manutención de los hijos), el responsable sería el hombre, no la esposa. Ese es realmente el peor de los casos, y lo más probable es que ni siquiera llegue a eso.

Otra situación lamentable sería si alguna vez descubriera que técnicamente tuvo un hijo con otra persona anónima sin que ella lo supiera, ¿eso contaría como “trampa”? Eso podría causar cierta tensión en las relaciones. Pero en cuanto a si él debería poder hacerlo, entonces definitivamente sí.

Hmmm

¿Debería permitirse a un marido donar su esperma sin decirle a su esposa? Al ver que las donaciones de esperma son generalmente anónimas y no crean obligaciones financieras para la crianza del niño por parte del donante o la familia del donante, al menos cuando se realiza a través de un banco de esperma, no puedo pensar en ninguna razón por la que algo como esto deba ser Expresamente ilegal y punible por la ley. Una esposa no es propiedad de un marido y un marido no es propiedad de una esposa. (Si la donación no está protegida por una exención de responsabilidad financiera, si no es un anonimato completo, entonces no se aplica lo anterior. Poner a alguien en peligro a través de las finanzas mutuas para pagar por un niño en el que no tuvo ninguna opinión) un daño material.)

Eso, sin embargo, lleva a la siguiente pregunta: independientemente de la legalidad, ¿debería un esposo hacer esto? Como una declaración general, en ausencia de otros detalles, recomendaría encarecidamente que no lo haga. A menos que esté dentro de los parámetros establecidos y claramente comunicados del matrimonio, convertirse (o incluso convertirse en un padre biológico) para el hijo de otra persona me parece una violación de la confianza y la intimidad generalmente entendidas de un matrimonio. Muchas personas tienen sentimientos profundos que trascienden la racionalidad acerca de lo que significa “familia” y tienen cierto sentido de deber con las relaciones tanto de la sangre como del matrimonio. Si bien hay mucho espacio para que las personas definan una relación matrimonial de acuerdo con sus necesidades individuales, la expectativa predeterminada es que dos personas casadas se hayan otorgado mutuamente un monopolio mutuo sobre sus vidas reproductivas (si no sexuales). En lo más íntimo, una donación de esperma sin discusión previa me parece una omisión bastante significativa que no es un buen augurio para la asociación.