¿Es verdad que todos los padres indios administran a sus hijos?

Sí, la mayoría lo hace. ¿Y entonces?

También es cierto que los niños indios adultos mayores de 40 años todavía culpan a sus padres cuando han sido responsables de sus propias vidas durante décadas.

Siempre hay un período de limitación para culpar a tus padres.

Si tus padres están administrando tu vida cuando eres adulto, es porque los dejas. Está en ti también. No solo en ellos.

Si no todos, la mayoría de los indios hacen una microgestión de sus hijos. Consideran a los niños como su propiedad y nunca entienden que se les debe permitir cierta independencia en cada fase de la vida, para que ganen confianza, puedan tomar decisiones y aprender de sus pequeños errores. Los padres indios son demasiado protectores y están tan obsesionados con hacer que sus hijos sean perfectos que no pueden aceptar nada menos. Por lo tanto, cuando sus hijos cometen el más mínimo error, lo culpan de ellos y nunca se dan cuenta de que es el resultado de la gestión constante de sus vidas.

Sí, el mío lo intenta (y falla la mayoría de las veces)

En la cultura india, la gente equipara la obediencia a la autoridad al respeto de la autoridad.

Mientras los padres hacen lo que saben de acuerdo con sus creencias, es sabio saber que actúan desde un lugar de miedo: el miedo de que sus hijos cometan errores, se caigan, se metan en problemas (imaginarios) y también desde un lugar De amor, cuidado, instintos protectores.

Entonces, para resumir, sí, los padres intentan realizar una microgestión y aquellos que temen sacudirse el status quo son manipulados y viven toda su vida para complacer a sus padres, y esos padres se sienten atraídos por la emoción de vivir a través de sus hijos.

Este microgestivo a veces incluso se ve en la toma de decisiones sobre la carrera de sus hijos, tanto que algunos niños viven toda su vida para complacer a sus padres, para cumplir los sueños no realizados de sus padres, para que cuando sus hijos tengan éxito, si es que lo hacen, sus los padres pueden disfrutar de la gloria de los niños y presumir con orgullo de sus compañeros sobre lo mismo.

No comparo el respeto con la obediencia, y me duele el culo a todos los que intentan manipularme y me aseguro de que lamenten sus oberturas abiertas / encubiertas.

Soy mi propio conductor de mi vida, aunque sea torpe, sin culpar a nadie más.