Atticus Finch es un padre realmente excepcional. Él es un padre soltero y lucha por criar a Jem y Scout por su cuenta, en una sociedad racista e injusta. Calpurnia, la cocinera, es realmente la que “cría” a los niños: enseñándoles buenos modales y asegurándose de que se comporten y hagan su trabajo escolar. Pero Atticus tiene un trabajo mucho más difícil. Él tiene que ayudar a Jem y Scout a ver el mal en el racismo y la discriminación, a pesar de que sus compañeros en la escuela los intimidan por eso. A Atticus le duele que Scout deba soportar las cosas terribles que la gente dice sobre el caso de Tom Robinson en la escuela, pero Atticus sabe que defender a Tom es lo que está bien, y hace todo lo posible para ayudar a Scout a entender esto.
Atticus es cálido y amable y nunca lastimaría a ninguno de sus hijos. Hay un sorprendente contraste entre él y Bob Ewell, un padre terrible y egoísta y un alcohólico que obliga a sus hijos a hacer el mal.
Desafortunadamente, Scout y Jem no ven a Atticus como un buen padre. “Satisfactorio” es la palabra que utiliza Scout para describirlo al comienzo de la novela. Satisfactorio. Él discute con ella que ella no puede pelear con los niños en la escuela, sin importar lo que le digan. Se niega a dejarla jugar el misterio de Boo Radley, insistiendo en que ella necesita respetar la privacidad de otras personas. Esto frustra a Scout, pero Atticus solo está haciendo lo correcto.
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A diferencia de muchos padres, Atticus entiende a sus hijos. Entiende cuando Jem está creciendo, que necesita tiempo para pensar y descubrir quién es y aprender a controlar sus emociones. Atticus también escucha a sus hijos, una cualidad que pocos padres parecen tener. Scout explica: “Cuando Jem and I I Duss Atticus no solo escucha el lado de Jem, él también escucha el mío …” Ella regaña a su tío Jack cuando él se la entrega, por no darle la oportunidad de decirle Él es su lado de la historia, algo que Atticus siempre hace. De esta manera, Atticus le ha enseñado a sus hijos a nunca apresurarse a sacar conclusiones antes de escuchar las razones de la otra persona para sus acciones. Es difícil argumentar que Atticus no es un buen padre. Scout crece para admirarlo y admirarlo, tanto por su valentía como por su determinación, y por no tener miedo de luchar contra el racismo y la injusticia, sin importar el daño a sí mismo o su posición en la sociedad.
Atticus hace todo lo posible, pero sabe que nunca será un padre perfecto. Sin embargo, en mi mente, Atticus es un padre amable, cariñoso y amoroso, y Scout y Jem siempre deben estar agradecidos de que él sea su padre, y conocer las luchas por las que pasó tratando de criarlos.