El cínico en mí espera lo siguiente:
1. El nacimiento sería una experiencia dirigida por una persona embarazada en lugar de una experiencia médica y, a menudo, traumática. Los deseos serían escuchados y atendidos de manera profesional y empática en lugar de desdeñosos.
2. La licencia de maternidad remunerada se convertiría en un derecho humano universal. Entonces, ¿la licencia de paternidad se vería inmediatamente? Sí, un ser humano necesita que su pareja cuide de ellos y los apoye mientras lidian con las realidades de un recién nacido.
3. Los servicios de apoyo aumentarían enormemente: cuidado de niños flexible y asequible. Ayuda a domicilio durante las primeras semanas cruciales después del parto, trabajo flexible exigido globalmente
4. El ambiente de trabajo cambiaría inimaginablemente. Las horas serían, por defecto, flexibles para permitir un verdadero equilibrio entre el trabajo y la familia. Trabajar desde casa sería algo normal y valioso. Las vacaciones y el permiso parental remunerado subirían.
Por otro lado (aún hablando cínico), puedo imaginar una situación en la que todas nuestras leyes y regulaciones cambiarían para limitar aún más la progresión de la carrera de las mujeres con el fin de facilitar el rápido regreso al trabajo del padre triunfante después de que haya servido El acto crucial y admirable del parto. Entonces mamá puede volver a la tarea devaluada y no remunerada de administrar una casa y criar pequeños humanos.