¿Cuáles son algunos eventos improbables que han salvado los matrimonios con problemas inesperadamente?

Allí estaba. Un pequeño signo más. Más uno más en la familia. Más una pequeña adición en mi útero. Más un ataque de pánico gigante, que sacude el alma.

La prueba fue positiva. También fui positivo. Positivo de que estaba sintiendo mi corazón literalmente caer a mis pies.

Mi esposo y yo llevábamos quince años juntos; Quince años hermosos que contenían suficientes risas, pruebas y angustias para llenar toda una vida. Teníamos dos hijos muy pequeños, y las dificultades de equilibrar la paternidad, nuestras dos carreras y la gestión de nuestro hogar caótico comenzaban a pasar factura a nuestro matrimonio. Estábamos rompiendo todas las reglas no escritas sobre el amor conyugal, discutiendo sobre el dinero y sobre quién estaba haciendo más sacrificios por los niños. Nos acostábamos enojados el uno con el otro más a menudo que no. Estábamos pensando en separarnos, incluso había pensado en alquilar un apartamento al otro lado de la ciudad.

Una mañana me desperté con náuseas y débil y me di cuenta de que mi período había llegado tarde. Era casi imposible, pero decidí hacerme una prueba de embarazo por si acaso.

Y ahí estaba. Fue positivo .

No sabía qué hacer. Sentí que el mundo se estaba hundiendo. Llamé a mi madre llorando y le conté la noticia, tartamudeando cada palabra. Se quedó callada por un rato, y luego me dijo: “Eres muy, muy bendecida. Tu amor encontró la manera de crear esta vida. No importa lo que pase, todo estará bien”. A pesar de que mi madre estaba muy lejos en ese momento, sus palabras me envolvieron en un abrazo muy necesario. Lentamente, mi corazón volvió a su lugar normal, aunque un poco renuente y con temor.

Le dije a mi marido más tarde esa noche. Pude ver las lágrimas brotando de sus ojos. Nos abrazamos en silencio, abrumados por esta noticia e inciertos sobre cómo avanzar en nuestro matrimonio.

A la mañana siguiente, encontré una nota en mi almohada pegada a un par de calcetines pequeños que mi esposo había encontrado en una de nuestras bolsas de almacenamiento de ropa vieja de los niños. El mensaje era simple: el amor se multiplica. te quiero.

Ese día fue un punto de inflexión para nosotros. Los cinco de nosotros celebraremos dieciséis años juntos en cuatro días.