¿Por qué dejarlos de lado? No todos necesitan comprender cada faceta de tu ser.
Para citar a Confucio: “Un hombre no es una olla” significa que, a diferencia de una olla, un hombre no es solo una cosa. Tenemos muchas características diferentes; Algunos de los cuales solo necesitan manifestarse en determinadas situaciones. Si una persona entiende una pequeña parte de ti, vale la pena mantenerla cerca.
Por ejemplo, mi madre me conoce principalmente como el hijo que crió mientras luchaba por entender al hombre en el que me he convertido. ¿Me molesta esto? No. Es bueno tener a alguien que recuerde a la persona que una vez fui.
Mi empleado en el trabajo me conoce como la persona que les proporciona lo que necesita para hacer su trabajo, pero sabe muy poco acerca de mis creencias religiosas (o falta de ellas). ¿Esto importa? No. Como su jefe, hay algunas partes de mí que no son apropiadas o necesarias en un entorno de trabajo.
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Sin embargo, si una persona no sabe absolutamente nada de ti (ni siquiera sé cómo es posible algo así), ¿por qué no presentarles más de ti? Lo bueno de la ignorancia es que se puede curar. Enseña a esa persona quién eres y no tendrás que preocuparte por dejarla ir en absoluto.