¿Por qué no estaría bien?
¿Tal vez porque asociamos llanto con debilidad y vergüenza?
¿Tal vez porque hicimos una cultura loca de tener éxito y ser impenetrables, mientras que el sufrimiento es vergonzoso?
¿Quizás porque nos imaginamos como súper humanos y dejamos que nuestros egos se inflen de esa manera diariamente?
Tal vez porque tenemos miedo de pensar de otra manera, y mucho menos SENTIRnos así.
Tal vez porque la autenticidad es obsoleta?
Esta percepción es errónea de muchas maneras.
Es exactamente al revés.
No lloras cuando te corres de dolor. Corres de dolor cuando tienes miedo. Tienes miedo cuando eres débil.
Lloras cuando te enfrentas a tu dolor. Te enfrentas a tu dolor cuando eres valiente. Eres valiente cuando tienes un corazón fuerte.
Llorar es el sonido de la victoria que canta tu alma cuando derrotas a tus demonios.
Llorar enamorado es la marca registrada de estar vivo después de todos los golpes que has estado recibiendo.