Debe tener en cuenta estos tres principios básicos si está pensando seriamente en obtener un divorcio:
1. NO lo apresures. Al igual que la decisión de casarse, la decisión de divorciarse no debe tomarse a la ligera. Hay preocupaciones financieras y de propiedad. Cómo un divorcio afectará a sus hijos (si tiene alguno) y su bienestar debe considerarse antes que sus propias necesidades. La sugerencia de probar primero la terapia marital es un buen consejo. El matrimonio puede ser un arreglo temporal de vez en cuando, pero el divorcio suele ser permanente.
2. Deja ir. ¿Conoces todas esas pequeñas molestias, sentimientos de traición, agravación y absoluta malicia que tu cónyuge provoca con sus diversos comportamientos? Tienes que dejar todo eso ir. Si bien puede ser cierto que ya no los amas; Lo opuesto al amor no es el odio, en este caso. Tienes que perdonar, olvidar y esforzarte por mantener una actitud de indiferencia hacia aquellos aspectos de su comportamiento que provocan animosidad en ti y entre los dos. Con suerte, ellos harán lo mismo. Si no aprendes esta valiosa lección, si no aprendes a dejarla ir; esa animosidad solo se interpondrá en tu camino, y se interpondrá en el camino del proceso de divorcio.
3. Sé honesto. No puedo enfatizar este último punto lo suficiente. Tendrá que ser más honesto con su cónyuge (y usted) de lo que nunca ha sido. Más honesto que cuando estaba cortejando, más honesto que en cualquier momento en que estuvo casado. Si desea un resultado tan beneficioso, ético y amistoso al final de sus procedimientos de divorcio como sea posible para usted; Entonces DEBES comenzar sobre una base de completa honestidad con los demás. Esa misma honestidad también se aplica a su abogado, en caso de que decida contratar uno. No tiene que confiar en su cónyuge durante el procedimiento, pero debe ser honesto con ellos. Esto no significa, sin embargo, que dejes de ser civil y racional con ellos. (ver nota 2).
Una nota final sobre Abogados: La mayoría de los bufetes de abogados de familia ofrecen consultas gratuitas. ¡Hable con un abogado! No hace falta decir que si su cónyuge contrata a un abogado, también tendrá que hacerlo.