¿Te arrepientes de haber renunciado a tus sueños de cuidar a un familiar enfermo?

De ningún modo. Retrasé un sueño para ayudar con mi papá cuando él se estaba muriendo. Ahora administro el cuidado de mi madre y elegí quedarme donde estoy para poder estar cerca en lugar de mudarme a una ciudad más grande para perseguir un sueño. No envidio a mi madre ni a las circunstancias. Cuidar de alguien que amas en sus últimos días / meses es un honor. Es difícil, emocionalmente agotador y triste. Pero te hace fuerte, te da paz y le da tanto sentido al círculo de la vida como dar a luz.