Estaba en completa y absoluta admiración. Le dije a mi médico: “¡Mira! ¡Realmente había un bebé allí!” Cuando ella lloró en mis brazos me sentí tan desconsolada. Seguí murmurando: “Por favor, no llores bebé, por favor, no llores …”
Después de eso su papá la sostuvo. Él miró fijamente su cara. Ella lo miró fijamente a la cara. Permanecieron así durante más tiempo, memorizándose mutuamente.
Mi madre, a quien se le había pedido que se fuera durante el parto porque tendía a caminar demasiado, entró. Miró al bebé, y cómo su esposo y su bebé parecían hipnotizados entre sí. Ella susurró: “Este es el momento de la familia. Me voy a ir”.
Fuimos a casa al día siguiente y desde el momento en que ella se movió, suspiró o emitió un sonido, me asustó que algo estuviera mal. Estaba tan preocupada de ser una mala madre … tan preocupada que arruinaría esta nueva vida.
- ¿Qué hago si mi hermana me abusa cada vez que tiene problemas con mis padres?
- ¿Cuál podría ser la mejor manera de decirle a mis padres que no creo en Dios? Son católicos.
- ¿Cómo deben ser castigados los jóvenes que no obedecen a sus padres?
- Desde un punto de vista estrictamente racionalista, ¿qué tiene de malo la eutanasia a los discapacitados? ¿No crían los niños ‘vegetales’ en los espíritus y las finanzas de los padres, cuidadores y el estado para una descendencia perpetuamente improductiva?
- Si quieres que tus hijos se conviertan en un atleta exitoso, ¿qué harías como padre?
Cometimos errores … un montón de ellos. Pero también aprendimos que los niños son muy resistentes, y no tenemos control sobre mucho de lo que les sucede a los niños. Aprendimos que la vida tiene alegrías, pero también dolor. Aprendimos que nuestro hijo es un sobreviviente por naturaleza, y que puede superar algunas cosas que no le deseo a nadie.
Aprendimos, como dice el poema, que hay una sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y nuestro hijo tuvo que plantar su PROPIO jardín en lugar de esperar a que alguien le trajera flores.