¿Quién dijo que no puedes hacerlo? ¿Tus padres?
En algunos países puedes hacerlo y es bastante normal. A veces puedes leer los pensamientos de otras personas mirándolos a los ojos. Pero en algunos, no es educado. Y tengo una experiencia interesante haciéndolo en Italia hace muchos años.
Se lo diré, para que aprendas lo que puede pasar cuando lo hagas, ¿vale? He variado los casos. Tres de ellos salen a la superficie de inmediato:
- Me encontré con los ojos de un hombre joven en el autobús y cuando me bajé, él me siguió. Me detuvo y quiso hablar conmigo. Él debe haber interpretado eso como un signo de interés especial, que no era el caso. Ese tipo tenía una especie de tez pálida y no me sentía relajado, así que le aseguré que nunca quise decir nada cuando mi mirada cayó sobre su rostro.
- Otra vez, en el autobús otra vez, sucedió lo mismo y el chico me siguió. Estaba muy bien vestido y agradable. Él acaba de explicar que le gustaba mi cara e hizo una broma. Ambos nos reímos y él me acompañó a trabajar con mi permiso. Este fue el comienzo de una larga amistad agradable. Hicimos muy buenos amigos. Obviamente sus palabras y modales ordenaban relajarse y respetar.
- Y otra vez en el autobús, por tercera vez, sentí que alguien me estaba mirando desde atrás. Me di vuelta y vi al hombre. Una fracción de segundo fue suficiente y me di la vuelta, aún sintiendo la energía fluyendo a través de nosotros. Estábamos muy lejos el uno del otro. Incluso este tipo se bajó en la misma parada y me habló. Este fue el caso más interesante. Me preguntó si sentía la energía entre nosotros y, después de confirmarlo, explicó que trabaja para el canal 4 en la televisión. Estaban trabajando en un proyecto en el que experimentan con mucha gente, dejándolos solos en una habitación, tratando de transmitirles sus pensamientos. Muy interesante por cierto. Me invitó a participar, pero me negué. Fin de la historia.
No hace falta decir que a veces se puede conseguir a un hombre que no acepta un no como respuesta. Por lo tanto, un poco de precaución no te va a dañar. ¡Más vale prevenir que curar!