Éramos una pareja trabajadora hasta que tuvimos a nuestro hijo. Con la llegada de nuestro hijo, como pareja tuvimos una larga discusión sobre cuáles deberían ser nuestras prioridades en la vida. Ambos acordamos que cuidar al niño para asegurarnos de que tenga un ambiente seguro y de nutrición emocional era la prioridad número uno. Estuvimos de acuerdo en que ninguno de nuestros padres era confiable para proporcionar el entorno que habíamos previsto. Estuvimos de acuerdo en que confiar a nuestro hijo a extraños como operadores de guarderías no era una opción.
Ergo, redujimos la importancia de nuestras prioridades financieras (por supuesto, nos aseguramos de que nuestro estilo de vida no se vea comprometido). Todo lo anterior significa que uno de nosotros tiene que estar en casa con nuestro hijo. En ese momento, mis habilidades estaban sacando más dinero, lo que aseguraría que nuestro estilo de vida se mantuviera. Así que acordamos que mi esposa tendría el honor de ser una madre a tiempo completo. Pero siempre le he dejado abierta la opción de elegir reiniciar cualquier carrera que ella quiera elegir, siempre y cuando nuestro bienestar financiero esté a cargo de eso.
Ahora sé que lo anterior puede o no funcionar para usted, pero creo que los padres que trabajan deben discutir en detalle las prioridades antes de decidir tener hijos. Sin duda, el dinero es importante, pero luego es difícil asegurar que los niños estén seguros cuando los padres no están cerca.
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