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Esta podría ser una respuesta extremadamente larga, pero lo haré breve. ¡Mis prioridades cambiaron dramáticamente! En lugar de avances y logros personales, tuve el impulso de equilibrar el éxito financiero y el tiempo familiar. Antes de mi primer nacimiento, trabajaba de 65 a 70 horas a la semana y viajaba mucho por negocios. En dos años, tuve la oportunidad de comenzar mi propio negocio. Horas locas al principio, pero eventualmente pude hacer mucho del trabajo en momentos que no estaban en conflicto con la familia. Veintiocho años y cuatro niños más después, ¡lo veo como la mejor decisión que he tomado!