Las relaciones son complicadas. Ser hijo de padres que luchan no es una cosa fácil, pero ten en cuenta que este es su problema, no el tuyo. No es tu culpa que luchen a menos que estés haciendo algo a propósito para provocar las peleas.
Busque ayuda fuera de su hogar o hable con amigos o con sus padres para obtener ayuda y orientación.