¿Un bebé coincide con la voz y la acción, o simplemente aprende al azar?

Los bebés nacen con el instinto de imitar a sus padres. El desarrollo mental de un niño no es aleatorio; sigue un patrón bien comprendido, y la mayoría de los bebés exhibirán patrones y conductas de aprendizaje similares.

Los niños nacen científicos. Ellos observan. Ellos ven patrones. Ellos hacen la conexión. Surgen teorías sobre por qué dos cosas, como una voz que reconocen y un toque que les gusta, podrían estar relacionadas. Siguen recopilando datos que refutan o refuerzan su teoría.

A medida que crecen, adquieren la capacidad de realizar cambios en su entorno. Ya no tienen que esperar para ver si dos cosas están relacionadas. Pueden hacer cambios ellos mismos. Pueden preguntar: “¿Qué pasa si?” “¿Ocurrirá de nuevo?” “¿Qué pasa si cambio esto?” “¿Por qué sucedió eso?”

Crecen una red de conexiones a las que constantemente están agregando nuevas teorías y podas a medida que las teorías se vuelven refutadas. La belleza es que no crecen solo una conexión a la vez. Cada vez que aprenden sobre una cosa, agrega un poco de conocimiento a las cosas a las que se conecta.