¿Habría problemas éticos al inventar un dispositivo que, cuando esté habilitado, haría que el llanto de un bebé o niño se callara a todos, excepto a los padres (o cualquier receptor seleccionado)?

Tengo una mejor idea para un dispositivo: uno que amortigua el sonido de los gritos de un niño a cualquiera que no desee escucharlos.

Me han dicho que los primeros prototipos ya pueden estar disponibles.

No veo ningún problema ético con un dispositivo que apagará cualquier sonido que no desee escuchar en un momento específico.

Pero al igual que con muchas cuestiones de ética, siempre es importante definir la neutralidad a lo largo de la línea ético-no ética.

Si el padre no está cerca, nadie más podría acudir en ayuda del niño. Si el padre está abusando de su hijo, nadie más escuchará los gritos del niño. Si alguien trata de secuestrar a un niño, nadie puede escuchar su angustia.