Creo que estoy en una buena posición para responder esto porque primero elegí no tener hijos y luego elegí tener hijos cuando tenía más de 40 años. Ahora sé de lo que estaba eligiendo en contra.
Lamento haber retrasado tener hijos. Al hacerlo, he renunciado a una parte de la vida de mis hijos de la que hubiera querido formar parte. Así como la de mis nietos.
Si hay un propósito en esta vida es la reproducción. Para eso estamos conectados y la experiencia humana está definida por ello. Esto es difícil de realizar antes de tener hijos.
Ciertamente, es posible tener una vida maravillosa sin hijos, lo hice durante décadas. Pero cuando pienso en la diversión y la libertad que tuve, y en la diversión y la libertad similares que dejé al tener hijos, es muy poco en comparación con el significado y la alegría que he experimentado al tener hijos.
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Si nunca tuve hijos, quizás no sepa lo suficiente como para lamentar la decisión, pero teniendo hijos, sé lo suficiente como para haber lamentado incluso el retraso.
No permito que mis arrepentimientos me molesten, sino que aprendo de ellos para poder transmitir mejor mis experiencias a mis hijos.