Dile que hablaste con alguien por suicidio.
Dígale que resolvió un gran problema matrimonial entre un hombre y su esposa.
Dígale que le explicó cómo entrenar a un padre por primera vez.
Dile que resolviste un triángulo amoroso para tres adolescentes.
Dígale que le ofreció una solución viable al calentamiento global.
Dile que probaste que Dios existe.
Entonces dile la verdad.
Se alegrará tanto de que no hayas tocado ninguna de esas cosas para hacer (y, por lo tanto, de que las haya jodido) que no le importará.