Afortunadamente o no tanto, tengo una idea de algunas personas terribles. Mis experiencias obviamente dictan quién soy, desde mi educación traté de eliminar lo mejor y ampliar lo que creo que también es mejor que lo que me dieron. Sin embargo, mi vida me ha guiado por caminos en los que tuve acceso a experiencias de vida completamente diferentes, a las que puedo relacionar por empatía. Y cuando me refiero a la empatía, no me refiero a llenar los zapatos de otra persona como a mí mismo, me refiero a llenar los zapatos de otra persona como esas personas, con todo su estorbo y experiencia de vida.
Sé de algunos terribles amigos de padres experimentados, mientras que experimenté lo que creo que fue una base inquebrantable. Ahora, proveniente de un entorno de crianza, puedo decir fácilmente esto: quiero que mi hijo me supere, y no solo porque es la mejor parte de mi legado. Él es amor incondicional, me cambió más que cualquier otra cosa que haya vivido.
Quiero que sea (mucho) más exitoso y más feliz que nunca. Quiero disminuir su angustia futura y quiero habilitarlo de una manera positiva; Ayúdalo en las dificultades, pero no lo pongas en una burbuja. Quiero que se sienta completamente seguro conmigo, pero también saber que el mundo es cruel, que no es complaciente con la debilidad, no contempla a los que no están preparados para enfrentarlo sin más problemas.
Quiero que esté protegido, pero también que tenga las herramientas para enfrentar el mundo cruel, frío y sombrío que hay. Nunca le temeré a él haciéndolo mejor que yo, quiero que sea más fuerte, mejor, más de lo que nunca he soñado.
En el lado opuesto del espectro, conozco casos de padres que no solo piensan que son mejores de lo que serán sus hijos, sino que también los disminuirán y nunca les permitirán mejorar, al socavarlos efectivamente psicológicamente. Por otra parte, son personas enfermas, enfermas. A quien absolutamente desprecio.
En resumen, es posible, de hecho. Cualquier padre amoroso y sano no lo hará.
Tratar con esto puede no ser fácil, pero uno puede establecer su propia vida a través de un ejemplo positivo o negativo. Hacerlo después de una vida basada en un ejemplo negativo puede requerir fuerza y determinación adicionales (transformar la ira en energía positiva), puede dejar cicatrices que pueden durar toda la vida, conocer la vulnerabilidad de una persona pero reconocer que es mejor, aunque también puede traer un Increíble recompensa: que cuando tengas tus propios hijos no repetirás los errores del pasado, especialmente aquellos que tuviste que soportar. Eso es, en sí mismo, una bendición que nunca se debe pasar por alto.