El matrimonio en sí no mata el romance. El romance en un matrimonio depende completamente de las acciones (o falta de ellas) de las parejas involucradas en el matrimonio.
Las personas casadas tienen una tendencia a volverse complacientes con el tiempo, dando gradualmente por sentado a sus parejas. También les resulta difícil dejar de lado los traumas que se producen como resultado de las acciones o la falta de reflexión de un cónyuge y cada vez se encuentran más culpables entre sí. El resultado, si no se controla, es que el esposo y la esposa se vuelven cada vez más resentidos entre sí y comienzan a preguntarse si quizás serían más felices solos o con alguien más.
Entonces, ¿cómo mantener vivo el romance? El matrimonio requiere trabajo, y hacer un mantenimiento frecuente ayuda a mantener el matrimonio fresco, al igual que lavar la ropa de cama cada pocos días ayuda a mantener las sábanas con un aroma fresco. Nunca deje de salir con su cónyuge, y siempre salga como si estuviera saliendo por primera vez. Sorpréndalo con pequeños regalos, sin ninguna razón, aparte de que usted vio algo y supo que sería apreciado. Haga pequeñas cosas bien pensadas, como esconder notas de amor en sus ropas o en la casa. Olvida lo malo de tu pasado común y recuerda lo bueno. Ríete de las pequeñas irritaciones y escoge tus batallas con mucho cuidado.
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