El TDAH debe ser un diagnóstico de exclusión. En otras palabras, el TDAH solo debe diagnosticarse cuando se recurre a otras afecciones médicas que afectan el período de atención y el control de los impulsos, como trastornos del sueño como la narcolepsia.
El examen clínico es clave, ya que el TDAH necesita una evaluación cuidadosa de los síntomas que se presentan desde la primera infancia, por lo que los registros escolares y la información colateral son importantes para establecer esta historia.
La narcolepsia se caracteriza por ataques de sueño. Nuevamente, esto requiere un historial cuidadoso y la información colateral de las personas que conocen a la persona. Y este diagnóstico se confirma a partir de los resultados de los estudios de sueño.
El diagnóstico erróneo se complica por el hecho de que el TDAH no tiene marcadores biológicos objetivos. Y luego hay casos en que estos dos trastornos ocurren juntos.
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Si esta es una pregunta, entonces debe ser respondida durante una evaluación por un psiquiatra para descartar el TDAH y un especialista del sueño para descartar la narcolepsia, y luego ambos especialistas hablan entre sí para llegar a un diagnóstico por consenso.