Los niños no son una especie diferente. Cualquier persona, cualquier edad, que escuche una respuesta de drone-on que no responde a la pregunta, pierde interés. Algunas personas son más pacientes cuando esperan que suene el timbre.
El diálogo, una oración a la vez, sobre el tema, es el método principal para comunicar respuestas.
“¿Qué es el viento?”
Guau. ¿Qué dices a eso? Una respuesta puede provenir de la literatura, de un libro de texto de ciencia, de un informe meteorológico, de un libro de registro de una embarcación oceánica.
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En la medida en que el que da las respuestas conoce al niño, el enfoque de la primera oración se puede adaptar. El ritmo de la conversación no debe dejar al niño sin la oportunidad de moldearlo por sí mismo.
“El viento es fuerte a veces. ¿Lo escuchaste anoche en la cama?”
“No.”
“Puedo decir algo sobre el viento. Pero, ¿te gusta algo sobre el viento?”
“Tal vez.”
“¿Que es eso?”
“Me gusta cuando tengo calor. ¿Por qué me enfrío cuando siento viento?”
¡Ahí está la verdadera pregunta!
Conversaciones con niños. ¡Una experiencia tan alegre e impresionante!