Mi hijo de 6 años se molestaba cuando lo golpeaba. Sin embargo, sentí que aprendería más si veía mejores movimientos. Mi solución: ” Puedes cambiar de lado conmigo cuando lo desees. Entonces, si sientes que estás encajonado sin un buen movimiento, solo da vuelta la tabla. Luego puedes verme tratando de encontrar una manera de salir de la caja. ”
Funcionó muy bien! De lo contrario, creo que habríamos tenido que dejar de lado el ajedrez durante unos años. No cambia de lado a menudo (aunque lo hizo 3 veces en nuestro primer juego con esta regla :-). Pero solo saber que tiene esta escotilla de escape le quita el estrés. En cuanto a mí (un aficionado), saco más partido del juego, ya que no tengo que contenerme y de vez en cuando me veo obligado a jugar desde una mala posición. Finalmente, es una regla tan amigable: pone al niño a cargo y enfatiza que realmente estamos en el mismo equipo, ambos aprendiendo juntos.